Parecía que la final de la Champions League la iban a disputar el Barça y el Ajax visto lo visto en los partidos de ida, pero los holandeses, al igual que los catalanes, fueron eliminados tras un partido de vuelta en el que las cosas no salieron como esperaban. Perdonaron y lo acabaron pagando, y eso que ganaban por 2-0 al Tottenham al descanso y parecía imposible que se les pudiera escapar la oportunidad única de estar en el Wanda Metropolitano.
Emoción justificada
Mauricio Pochettino lloró de emoción y la verdad es que no era para menos. El técnico argentino ha llegado a la final gracias a la fe de sus jugadores, que estuvieron a punto de quedar eliminados en la fase de grupos y han sabido sobreponerse a todo tipo de adversidades. El VAR les salvó en cuartos de final ante el Manchester City y anoche fue Lucas Moura el gran protagonista, ya que el futbolista brasileño logró un ‘hat-trick’ decisivo.
Este Ajax no se merecía un final tan dramático
Me sabe muy mal por el Ajax porque lo que ha hecho es muy grande. Clasificarse para los octavos de final era el objetivo que se habían marcado, pero es que a partir de ahí fueron capaces de tumbar a dos gigantes como el Real Madrid y la Juventus. Golearon al campeón de Europa en el Bernabéu y derrotaron a la Juventus en Turín contra todo pronóstico para colarse en unas semifinales a las que llegaban sin presión.
Sin presión se fueron a Londres y regresaron a Holanda con un 0-1 muy positivo. Ayer se adelantaron con dos goles y se llegó al descanso con la sensación de que sería el rival del Liverpool en una final trepidante. Sin embargo, el Tottenham no tiró la toalla y le dio la vuelta al marcador anotando el 2-3 definitivo en el último suspiro. Sin duda, un final demasiado cruel para un equipo que le ha dado mucho al fútbol y a la Champions.