El aficionado del Valencia ha hecho todo lo posible por ilusionarse un año más. Lo ha hecho en un verano en el que ha habido más movimientos de salida que de entrada. Lo de que Peter Lim iba a hacer un equipazo suena a cachondeo a estas alturas, ya que se ha desprendido de sus principales estrellas y apenas ha anunciado contrataciones. Lo único que se le puede reconocer es que ha saneado la deuda del club, si es que eso es realmente cierto.
Viendo la alineación del Valencia y la de Las Palmas, a uno le da la impresión de que son los insulares los que pelearán por una plaza europea esta temporada. Los de Quique Setién tienen muchos argumentos en el centro del campo y en la delantera, todo lo contrario de lo que le sucede a Pako Ayestarán, que encima podría perder a Paco Alcácer en los próximos días. De hecho, incluso Shkodran Mustafi, que ayer fue suplente, podría hacer las maletas rumbo a Londres para jugar en el Arsenal.
Vendaval canario
Los amarillos se llevaron el partido por un contundente 2-4 con todo merecimiento. El Valencia se adelantó en el minuto 6 por mediación de Santi Mina, pero no fue más que un espejismo. El croata Marko Livaja se estrenó en España con un fantástico cabezazo para establecer el 1-1 en el minuto 16, y poco después Dani Castellano forzó el penalti del 1-2, que se encargó de transformar el exvalencianista Jonathan Viera ajustando el balón al larguero.
La pesadilla no terminó en la primera parte, ya que Kevin-Prince Boateng se sumó a la fiesta con un soberbio cabezazo que más bien pareció un martillazo. Matthew Ryan se estiró, pero no fue capaz de despejar el esférico.
Antes del descanso el Valencia se reenganchó al partido con otro gol de Santi Mina, pero los visitantes sentenciaron el choque a falta de tres minutos para el final, cuando Livaja comandó un contraataque que él mismo finalizó con un disparo ajustado al poste derecho de la portería defendida por Ryan. La primera bronca de Mestalla estaba garantizada.