Bochornoso. Lo que está viviendo Gerard Piqué no es de recibo. Te podrá gustar más o menos su actitud y podrás estar más o menos de acuerdo con sus declaraciones, pero eso no justifica que se lleve una sonora pitada como la que pudimos escuchar el pasado sábado en el Carlos Tartiere cada vez que tocaba el balón.
Así no se arreglan las cosas
Algunos le pitan porque lo sienten, pero hay otros que solo lo hacen para pasárselo bien, para sumarse a una moda que nos pone en evidencia. ¿No queremos estar orgullosos de ser españoles y toda esa mandanga? Pues ese no es el camino, desde luego.
Ser del Barça e independentista no le ayuda
El central del Barça está siendo acribillado por defender la opción independentista y por meterse con el Real Madrid. Esto último me sorprende mucho, ya que a lo largo de la historia no son pocos los culés que han rajado del Madrid y los merengues que han rajado del Barça y no ha pasado nada. Forma parte de la rivalidad histórica entre los dos grandes de España y es algo que no va a cambiar por muy antideportivo que se pueda considerar.
También le echan en cara que no cargara contra quienes pitaron al himno de España durante la final de la Copa del Rey. Pidió que hubiera «libertad de expresión», lo cual no me parece tan grave. Si no le hubieran dado tanto bombo a lo de pitar al himno la cosa no se habría convertido en un debate nacional. Es cuestión de inteligencia, pero parece que de eso no vamos sobrados. Como tampoco vamos sobrados a la hora de aprobar referéndums como el que se aprobó en el Reino Unido, donde es evidente que están más avanzados. Al final salió que los escoceses no querían independizarse, como probablemente también pasaría en Cataluña si desde otras Comunidades Autónomas no se abogara por la represión que nacionaliza a los que no son nacionalistas.
En fin, veremos qué es lo que sucede en el próximo partido de España en casa, para lo cual todavía queda mucho tiempo. Lo que está claro es que sus compañeros de selección siempre van a arropar a Piqué.