Está muy bien ir de jeque por la vida y querer ser el propietario de un equipo de fútbol para remodelarlo por completo (¿quién no ha jugado al PC Fútbol?). Más de uno ya lo ha hecho y no le ha ido nada mal. Sin embargo, el que ha llegado a Málaga es uno de esos jeques que no cumplen con lo que prometen, o por lo menos cuando se trata de pagar los salarios de futbolistas y empleados del club.
Abdullah Al-Thani, propietario de la entidad de la Costa del Sol, no cumple con los suyos y la UEFA se ha cansado de esperar. Hay multa de 300.000 euros para el club y una sanción que escuece mucho, sobre todo entre los aficionados: el Málaga no podrá jugar la próxima competición continental para la que se clasifique por problemas financieros e impagos.
Al Comité de Control Financiero de los Clubes de la UEFA no le ha temblado el pulso. La exclusión le afectará en alguna de las cuatro próximas temporadas si logra clasificarse para la Champions o para la Europa League.
Los problemas parecían estar resueltos
La noticia pilla a más de uno por sorpresa. El 11 de septiembre el club hizo público un comunicado oficial en el que se podía leer que había «normalizado su situación financiera con otros clubes, empleados y jugadores». Sin embargo, no ha sido así y ahora tendrá que pagar por ello. Y yo me pregunto… ¿en qué situación estaría el Málaga ahora si no hubiera superado la fase previa de la Champions? Seguramente hablaríamos de una plantilla abandonada.
Otros que tal
El Málaga no es el único club europeo que ha sido suspendido. El Hadjuk Split y el Osijek de Croacia, el Rapid de Bucarest y el Dinamo de Bucarest de Rumanía y el Partizán de Belgrado de Serbia han corrido la misma suerte. El Vojvodina de Serbia no tendrá que pagar multa y el Lech Poznan polaco, que también estaba bajo sospecha, se libra por haber hecho sus deberes a tiempo.