O todos moros o todos cristianos, eso mismo es lo que están pensando ahora en las oficinas del Santiago Bernabéu. La UEFA está estudiando la tarjeta que provocó Andrés Iniesta en el partido de ida de los cuartos de final de la Champions League ante el Shakhtar Donetsk. El de Fuentealbilla la provocó con algo de picardía, pero no con la suficiente como para que pareciera un lance del juego natural.
Para los que no recordéis lo sucedido, os voy a refresacar la memoria. Corría el minuto 59 de partido cuando Iniesta formó mal una barrera expresamente para que el colegiado le mostrara la cartulina amarilla. Eso le impidió jugar la vuelta en Ucrania, pero como compensación quedaba limpio para afrontar las semifinales y una hipotética final.
Al terminar el partido, tanto el jugador como Pep Guardiola trataron de esquivar de la mejor forma posible las preguntas de los periodistas que hacían referencia a este tema. Sin embargo, la UEFA no quiere que se repitan acciones como la que al Real Madrid le costó una importante sanción tanto económica como deportiva. Eso significa que el centrocampista azulgrana podría perderse el partido de ida de las semifinales de la Champions en el Bernabéu.