Iker Casillas saboreó la suplencia este pasado fin de semana. A todos nos pilló por sorpresa verle sentado en el banquillo de La Rosaleda para presenciar el partido que su equipo disputó ante el Málaga. No se trataba de una decisión que tuviera que ver con su estado físico o con su comportamiento. José Mourinho dejó claro que era una decisión puramente técnica.
Adán no hizo olvidar a Casillas
El Madrid perdió por 3-2 y la suplencia de Casillas sirvió para darse cuenta de dos cosas. La primera es que Adán no está para jugar en uno de los mejores equipos de Europa. Le pone muchas ganas y es un portero con carácter, pero ante el Málaga evidenció algunas carencias que no le permiten competir con el que para muchos es el mejor portero del mundo. Tal vez la falta de partidos tenga algo que ver en eso, pero sinceramente se le podía pedir bastante más.
Mourinho se quiere ir lo antes posible
La otra cosa que quedó clara es que Mourinho no quiere seguir en el Madrid la temporada que viene. Pese a que le restan dos años de contrato (expira el 30 de junio de 2016), el portugués quiere volver a Inglaterra y está dispuesto a liarla para que Florentino Pérez se canse de él. Si se va tendrá que indemnizar al Madrid, pero si le echan el Madrid tendrá que indemnizarle a él. Está bastante claro, ¿no?
El público del Bernabéu tendrá la última palabra
Lo del pasado sábado fue una provocación en toda regla. Mourinho ha tirado la Liga y no tiene ganas de seguir. Algunos jugadores le han dado la espalda y tampoco se siente querido cuando se mezcla con las altas esferas del club. Florentino Pérez sí que le apoya y muchos aficionados también le han animado a seguir en las últimas semanas. Sin embargo, tras lo de La Rosaleda las cosas pueden ser muy distintas. El público del Santiago Bernabéu puede abuchear a Mourinho para pedir su dimisión, algo que no le ha sucedido nunca a lo largo de su exitosa carrera deportiva.
¿Qué pensáis que sucederá en el próximo partido? ¿El público mostrará su descontento? ¿Casillas volverá a ser suplente?