David de Gea anunció su renovación nada más regresar a Inglaterra tras jugar ante Macedonia con la selección española. Lejos ya queda el 31 de agosto, el día en el que su fichaje se esfumó en cuestión de minutos. Le tocaba volver a Old Trafford para vestir la camiseta del Manchester United una vez más y lo hizo con toda la naturalidad y profesionalidad del mundo.
Un contrato interesado
El público le recibió por todo lo alto este pasado fin de semana. Acababa de renovar y eso hizo que la gente olvidara que tenía unas ganas locas de fichar por el Real Madrid. Sin embargo, lo que muchos no sabían es que su renovación tiene un poco (bastante) de trampa.
Se ha comprometido hasta el 30 de junio de 2019, pero es poco probable que cumpla su contrato a rajatabla. ¿Por qué? Pues porque su cláusula de rescisión ha caído de 60 a 40 millones de euros. Es una cantidad que cualquier grande de Europa puede asumir, una cantidad que le abre las puertas de salida en caso de que el Madrid vuelva a la carga el próximo verano.
Florentino Pérez quería esperar hasta el 30 de junio para llevárselo sin pagar ni un solo euro, pero ahora sabe que tendrá que pasar por caja. El United habló con De Gea y le propuso esta renovación con la que todos salen ganando. Ellos se llevan los 40 kilos que siempre habían pedido y el jugador puede hacer las maletas sin impedimentos. Es un acuerdo que se cerró en cuestión de horas por pura conveniencia.
De no haberlo aceptado, lo más probable es que De Gea no hubiera jugado ni un solo partido esta temporada. ¿Y eso en qué se hubiera traducido? En no ir a la Eurocopa de Francia representando a España. Hubiera sido un castigo tan cruel como ruin.