Aprovechando que vivo cerca de Barcelona, y como gran aficionado al mundo del fútbol que soy (no soy seguidor del Barça), me he acercado esta tarde al Camp Nou para ver a la nueva adquisición de Joan Laporta y compañía. Aunque la puntualidad no es mi fuerte, a las 19:00 horas me he plantado en el estadio, hora en la que estaba previsto que el sueco saltara al campo.
Mi sorpresa ha sido que he tenido que esperar más de una hora para enterarme de que todavía el jugador tenía que dar la rueda de prensa antes de salir al campo, algo que ha sucedido casi a las 21:00 horas. Entonces, lamentándolo mucho, me he marchado bastante indignado después de ver como el señor Laporta ha tomado el pelo a los cerca de 50.000 espectadores que se han dado cita en el estadio con puntualidad, algunos incluso con horas de antelación.
Sin duda ya puede decir que es la presentación más esperada, pues hay gente que ha esperado muchísimas horas en su asiento esperando a que el jugador diera cuatro toques de balón y dijera sus primeras palabras como azulgrana. Además, ha tenido que irse antes de lo previsto del campo porque no paraba de saltar gente al renovado césped del Camp Nou. Una chapuza en toda regla.
Dejando a un lado lo acontecido, hay que decir que el nuevo crack azulgrana ha dicho que no viene a Barcelona solo por dinero, quiere triunfar en el que dice ser un club único. De momento tendrá que esperar hasta la vuelta de la Supercopa de España, pues tiene una fractura en una mano y pasará por el quirófano.