La salida de Yevhen Konoplyanka es lo que ha posibilitado el fichaje de Samir Nasri. El ucraniano era el futbolista mejor pagado de la plantilla, así que la liberación de su ficha permite afrontar el pago de un cuarto de la ficha del francés, que se embolsa 14 millones de euros por temporada.
Llegó el curso pasado procedente del Dnipro de su país y nunca se ha asentado. Con Unai Emery combinó la titularidad con la suplencia y Jorge Sampaoli no estaba dispuesto a darle muchos minutos. Por eso hablaron y llegaron a la conclusión de que lo mejor era dar por cerrada su etapa en el Sevilla.
Trato cerrado
El Schalke 04, el club que más se había interesado por él, se ha hecho con sus derechos. Ayer, tras pasar el reconocimiento médico, se hizo oficial su llegada en calidad de cedido con obligación de compra, así que no volverá al Sánchez Pizjuán a menos que lo haga con una equipación azul que ya está a la venta con el número 11. Allí coincidirá con el también exsevillista Coke.
Konoplyanka deja el Sevilla tras 54 partidos en los que marcó 9 goles. Le ficharon con la promesa de que se convirtiera en uno de los mejores futbolistas de Europa, pero lo cierto es que no ha rendido al nivel esperado. Veremos si en la Bundesliga logra exhibir ese potencial que le llevó a España cuando apenas le conocíamos.
Unos 15 kilos
La cesión de compra obligatoria, por cierto, ronda los 15 millones de euros. Parte de ese dinero, a pesar de que no engordará las arcas del club hasta el año que viene, podría ir destinado a la contratación del duodécimo y último fichaje. El preferido es Roque Mesa, que por ahora sigue defendiendo los colores de Las Palmas, a pesar de que está deseando cambiar de equipo para mejorar sus condiciones salariales (cuadriplican su salario). Eso sí, el presidente de los canarios le ha prometido una renovación al alza para que se sienta recompensado.