Diego Costa es un delantero que o te gusta mucho o no te gusta nada. Tiene un estilo de juego distinto al de los delanteros técnicos, y tampoco creo que se le pueda catalogar como típico delantero tosco que se planta delante de la portería para empujarlas con el pie o con la cabeza. Es un híbrido que recurre a su potencia y otras artes para deshacerse de sus rivales y lograr su objetivo, que no es otro que marcar goles.
Un tipo duro con mala fama
En España se le conoce por sus rifirrafes con los defensas, pero es que en Inglaterra eso es todo un clásico. Allí le han visto pelearse hasta con el más buenazo de la Premier League y eso le ha costado una expulsión (ante el Everton en marzo de 2016), lo cual me parece muy poco teniendo en cuenta las caricias que ha dedicado a sus rivales.
Antonio Conte tenía claro quién iba a ser su delantero estrella. Se gastaron un dineral en el belga Michy Batshuayi, pero la prioridad era retener al hispano-brasileño. El Atlético de Madrid vino a por él porque el Cholo Simeone le quería a toda costa. Puso el dinero que hacía falta sobre la mesa y obtuvo una respuesta negativa. Y eso que el de Lagarto veía con buenos ojos la posibilidad de volver al Vicente Calderón.
Los piropos de Klopp
Esta temporada la ha empezado igual de bien que su primera temporada en el Chelsea. Lleva 4 goles en 4 jornadas de Premier League y es el máximo goleador de la competición junto a Michail Antonio y Zlatan Ibrahimovic. Por eso, y por lo que ha demostrado en los últimos años, Jürgen Klopp se ha rendido a su fútbol dos días antes de medirse a él en Stamford Bridge al ser interrogado por el odio que le tienen:
Le odian porque es un superclase. Si los aficionados de otros equipos te quieren, no es una buena señal. Usa su cuerpo continuamente y eso es una cualidad. Estuvo casi imparable ante el Swansea City.
¿Será decisivo el próximo viernes? Los centrales del Liverpool tendrán que estar muy atentos si no quieren sumar una nueva derrota que les alejaría de los puestos de cabeza.