Nuevamente tenemos que hablar de Karl Henry, un hombre que en su día ya dijimos que era demasiado violento. El centrocampista del Wolverhampton, muy del estilo Nigel de Jong, ha vuelto a hacer de las suyas, en esta ocasión en el partido de Premier League que disputaron anoche Wolverhamtpon y Arsenal.
Andrei Arshavin estuvo a punto de abandonar el terreno de juego en camilla y con la pierna rota, pero afortunadamente no sufrió ningún daño. Henry se lanzó a por él en una jugada en el centro del campo con todos los tacos por delante. Su bota derecha impactó en la pierna derecha del jugador ruso. Lo más increíble de todo es que ni siquiera vio la tarjeta amarilla.