Kaká es uno de esos jugadores auténticos, uno de esos futbolistas de los que ya no quedan. El brasileño del Milan ha decidido ignorar la desorbitada cantidad de dinero que le ofrecía el Manchester City para seguir defendiendo la camiseta rossonera, la que lleva en el corazón.
Pese a que el conjunto inglés ya lo tenía prácticamente atado (con el sí quiero de la directiva milanista incluido), Kaká ha decidido declinar la oferta en el último momento. Ni por todo el dinero del mundo quiere abandonar su actual club.
Quizá los aficionados también tengan buena culpa de que Kaká siga en la capital de la moda. Ayer se movilizaron en una gran manifestación en favor de la continuidad del brasileño. Pancartas con recomendaciones al club y al jugador inundaron las calles de Milan.
Tras la última palabra del habilidoso media punta, Silvio Berlusconi explicó la situación vivida ante los medios de comunicación:
Kaká se queda en el Milan. Para Kakà el dinero no lo es todo. Hay cosas que son más importantes que el dinero. Estamos felices. Habíamos ofecido al jugador la posibilidad de tener en consideración la oferta del City y hacerse un patrimonio muy consistente, pero él tiene valores más altos.
Ha sido Kakà el que ha decidido quitarse del mercado con esta decisión de permanecer ligado al Milan. Un contrato firmado sobre un papel, pero de ahora en adelante podemos decir que firmado con el sentimiento, firmado con el corazón. Ha prevalecido el corazón sobre la razón.