Kaká podrá irse tal y como es su deseo. El futbolista brasileño no es feliz en el Real Madrid, nunca lo ha sido. Su rendimiento sobre el terreno de juego ha sido más que discreto en parte por sus problemas físicos, los mismos que no parecen remitir. Ahora estará 15 días más de baja, aunque eso no es una preocupación para José Mourinho, pues apenas ha contado con él desde que se recuperó al 100%.
El club ya le ha puesto el cartel de «se traspasa», como el que lo coloca en el balcón de su piso para ver si hay suerte. Sin embargo, como sucede en el sector inmobiliario español, no lo tendrá nada fácil. El jugador no se irá por menos de 30 millones de euros (me imagino) y cobra nada más y nada menos que 9 millones de euros netos anuales (15 millones con impuestos). Cuando llegó al club firmó por 6 temporadas, por lo que todavía le quedan cuatro más defendiendo la camiseta del Real Madrid. O lo que es lo mismo, 60 millones de euros por cobrar.
¿Pensáis que algún club es capaz de asumir ese gasto? Dicen que el Chelsea está falto de un jugador capaz de organizar el centro del campo del equipo. Roman Abramovich tiene mucho dinero y es capaz de invertir lo que haga falta. Sin embargo, a su lado tiene varios asesores deportivos que no son tontos, que son conscientes de que fichar a Kaká tiene mucho riesgo teniendo en cuenta que en los dos últimos años no ha sido ni una sombra de aquel que maravilló al mundo en 2007, cuando se llevó el Balón de Oro.
Otra opción es que recale en el Milan. Allí le esperan con los brazos abiertos y no hay que olvidar que es donde mejor encajaría, en un club en el que sólo admiten jugadores veteranos y relativamente acabados (con excepciones como las de Robinho y Zlatan Ibrahimovic). Eso sí, Adriano Galliani ya ha avisado comentando que deberá rebajar mucho sus pretensiones económicas si quiere volver a defender la camiseta ‘rossonera’.