Llegué a pensar que Pedro Rodríguez tendría el protagonismo que se merece cuando el Tata Martino abandonó el Camp Nou. El argentino apostó por Alexis Sánchez y Cesc Fábregas y se olvidó de él en muchos partidos donde ni siquiera apareció en la segunda parte como revulsivo. Pocos lo entendían porque el canario es de los que se ha ganado un puesto en el once inicial a base de goles, asistencias y mucha entrega.
El tridente ya sabemos cuál es
El caso es que con Luis Enrique podríamos estar ante la repetición de lo que ya vivimos el año pasado. El asturiano le tiene más en cuenta, es verdad, y ya no están ni Alexis ni Cesc para competir por un puesto en la delantera (sí, Cesc no jugaba de extremo, pero sí lo hacía Andrés Iniesta y él actuaba como interior). Pero lo que parece claro es que cuando Neymar, Messi y Luis Suárez estén disponibles, no habrá nadie que pueda discutirles la titularidad. Y es ahí donde Pedro debería esperar su oportunidad en forma de lesión, sanción o rotaciones.
Dos ofertas que podrían seducirle
Juventus y Liverpool están dispuestos a pescar en río revuelto. Quieren plantearle una atractiva oferta económica y deportiva para que abandone la que es su casa desde hace muchos años. A Pedro no le gustaría cambiar la camiseta del Barça por otra, pero le urge sentirse importante y ya ha aguantado demasiado tiempo en el banquillo sin abrir la boca. Si en estos primeros meses se le obliga a comer pipas junto a Sergi Roberto, Marc Bartra y compañía, no sería nada raro verle negociar con ambos clubes para buscar una salida en el mercado de invierno.