Mesut Özil demostró una vez más que es un jugador con una clase excepcional, uno de esos futbolistas que están llamados a marcar una época. El alemán, que marcó el segundo gol ante el Atlético de Madrid, nos dejó con un detalle de calidad que sufrieron en sus propias carnes Domínguez y Tiago. José Mourinho, que seguía la jugada a pocos metros, disfrutó de lo lindo.