Hablar de robo es quedarse corto. Lo que sucedió en el partido que disputaron Panamá y México me parece un escándalo que ni siquiera la prensa del país azteca es capaz de asimilar. La ‘Tri’ estará en la final de la Copa Oro porque los árbitros le han echado más de una mano. No hay que olvidar que llegaron a semifinales gracias a un penalti más que dudoso, pero es que ayer fueron dos penaltis los que le catapultaron hasta la final, donde se verán las caras con una sorprendente Jamaica que se cargó a Estados Unidos con total merecimiento.
Demasiado descarado
Si los penaltis son penaltis, hay que pitarlos. Pero si no son penaltis no hay que pitarlos. Es así de simple. Anoche Panamá ganaba 1-0 gracias a un gol de cabeza de Román Torres en el minuto 57. Era todo un milagro teniendo en cuenta que jugaban con uno menos desde mediados de la primera parte por la expulsión de Tejada, que extendió el brazo más de lo recomendable en un salto de cabeza y se fue a la ducha antes de tiempo. Si llega a ser tarjeta amarilla tampoco pasa nada.
La indignación llegó en el tiempo de descuento. El árbitro, el estadounidense Mark Geiger, se inventó un penalti de la nada que Andrés Guardado se encargó de transformar. Lo puedes ver tú mismo en el vídeo resumen que se muestra al final de este artículo. Para hacerse una idea de lo insultante que fue, basta con leer estas palabras de Mario Kempes: «Ya todo es una broma, apaguemos el televisor y vamos a dormir, qué más se puede esperar. Si eso es penal, yo soy Superman». Creo que la FIFA no es el único organismo que hay que investigar por corrupción.
En la prórroga llegó otro penalti que en mi opinión sí lo fue, pero eso ya es lo de menos. Se cargaron un partido histórico de Panamá, que tendrá que conformarse con luchar por el tercer puesto. Yo si fuera ellos ni me presentaría en señal de protesta.
Jamaica dio la sorpresa
El otro finalista será Jamaica. Aquí sí que no hubo líos. Unos más contentos que otros tras el pitido final, pero el arbitraje fue limpio. Los caribeños, que serán los primeros de esa zona en disputar una final de la Copa Oro, se impusieron a Estados Unidos gracias a los goles de Darren Mattocks y Giles Barnes, que llegaron en los minutos 30 y 35 respectivamente.
Los norteamericanos trataron de darle la vuelta al partido en la segunda parte y empezaron muy bien, ya que el capitán, Michael Bradley, lo igualó a los dos minutos de reanudarse el juego en una jugada un tanto embarullada. A pesar de los pesares, no fueron capaces de forzar la prórroga y Jürgen Klinsmann se fue cabizbajo.