Mateo Kovacic, el flamante fichaje del Real Madrid, está dando de qué hablar. No solo por los 35 millones de euros que pagó Florentino Pérez al Inter de Milán o por los primeros minutos que ha disputado a las órdenes de Rafa Benítez. La prensa se ha fijado en su novia, la modelo y estudiante de Económicas Izabel Andrijanic.
Les une el amor y la fe cristiana
Se conocieron cuando eran adolescentes y ya llevan cuatro años saliendo. Al igual que Keylor Navas y su pareja, Andrea Salas, también se conocieron en una ceremonia religiosa. Concretamente en la iglesia de San Antonio de Padua, en un pueblo croata llamado Sesvetska. El acudía allí como monaguillo para ayudar al párroco de turno y ella cantaba en el coro destacando por su voz celestial.
Ahora solo se dedica al mundo de la moda
El flechazo se produjo y desde entonces no se han separado. De hecho, ella viajó con él a Milán y decidió detener sus estudios para potenciar su carrera como modelo. Este verano se les pudo ver muy acaramelados en unas fotografías que el propio Kovacic compartió a través de su cuenta en Instagram. Pasaron unos días en Míkonos justo antes de volar hacia Madrid para firmar el contrato de seis temporadas que les ha cambiado la vida.
Buen rollo con la mujer de Modric
Izabel Andrijanic no se siente sola en la capital de España, ya que también conoce a Vanja, la mujer de Luka Modric. Ambas coincidieron durante una convocatoria de la selección croata y desde entonces mantienen una buena relación que mejorará mientras los dos jugadores balcánicos formen parte de la plantilla merengue.
La famosa metida de pata de Kovacic
La nueva WAG del Madrid nunca se quiso pronunciar acerca de la polémica machista que salpicó a su novio hace unos años. Kovacic no estuvo nada fino al decir esto:
No, yo no cocino y nunca lo haré. No es mi trabajo. Es el de la mujer. Mi trabajo es llevar dinero a casa y hacer la vida más fácil a mi familia.
A pesar de ello, la relación va viento en popa y sus últimas palabras han sido bastante más acertadas:
Aprecio su honestidad, su sencillez y su decencia. Por supuesto que también es importante el aspecto físico pero eso no tiene tanto peso y para mí no es lo más importante. Lo que importa es que ella es buena persona, amable y educada.