Italia se proclamó anoche campeona de Europa. Lo hizo derrotando a Inglaterra en la gran final en la tanda de penaltis, cómo no. Los de Roberto Mancini supieron reponerse al mazazo de empezar perdiendo en el minuto 2, y acabaron igualando en la segunda mitad y merecieron llevarse el título sin necesidad de llegar a los once metros.
Gol tempranero y reacción excelente
Sin lugar a dudas, los italianos aparecían como favoritos para muchas casas de apuestas, si bien es cierto que ese favoritismo era superior si hablábamos de otras selecciones como por ejemplo Francia, que quedó eliminada de forma inesperada por Suiza en los octavos de final de la competición.
Como he comentado anteriormente, la ‘azzurra’ supo reponerse a un duro revés que pocos esperaban de forma tan temprana. Luke Shaw adelantó a los locales (la final se jugó en Wembley) y parecía que los ingleses iban a lograr un título por el que llevan mucho tiempo esperando. Sin embargo, Italia fue paciente y puso toda la carne en el asador para lograr un empate que se cocía a fuego lento.
Fue Leonardo Bonucci quien estableció el empate a uno a los 20 minutos de la segunda mitad. El gol llegó a la salida de un córner y no fue especialmente bonito, pero hizo justicia teniendo en cuenta lo que se estaba viendo sobre el verde del estadio más importante de la capital inglesa.
Los de Gareth Southgate, lejos de ir a por un gol con el que ponerse por delante de nuevo, fueron conscientes de que los transalpinos estaban mucho mejor y decidieron defender esperando alguna contra. Sin embargo, los minutos fueron pasando y ninguno de los dos equipos fueron capaces de anotar otro gol, por lo que se llegó a la prórroga y más tarde a los penaltis.
Donnarumma se hizo grande en los penaltis
En la tanda de penaltis los porteros estuvieron muy bien. Berardi y Kane no fallaron como primeros lanzadores, pero luego llegó el fallo de Belotti. Por suerte para los italianos, los ingleses fallaron el tercero porque Rashford lo estrelló en el poste. Luego Donnarumma paró el de Jadon Sancho, Pickford hizo lo propio con un Jorginho que pudo dar la gloria a Italia, y más tarde reapareció Donnarumma para parar el penalti de Bukayo Saka. El portero del Milan fue clave en la consecución del título de una Italia que gana merecidamente una Eurocopa muy igualada que también pudo ganar España, y eso que estaba en pocas quinielas.