No todo va a ser tan fácil para el Barça. La primera oferta para extender el contrato de Andrés Iniesta hasta 2018 ha sido declinada por el futbolista manchego. Los 15 millones de euros brutos por temporada (3 de ellos variables) que le ofrecen parece que son insuficientes.
A él no le importa ser el segundo jugador de la plantilla que más cobra por detrás de Leo Messi. Lo que realmente le importa es que se cumplan sus expectativas a nivel económico.
Hay tiempo
La temporada es muy larga y hay mucho tiempo para negociar, así que Iniesta se lo tomará con calma y esperará a que Sandro Rosell mejore la oferta que le ha puesto encima de la mesa. Cree que se merece más y no piensa retirarse en el Barça a cualquier precio. Su compromiso acabaría con 34 años, así que sería difícil verle con otra camiseta que no fuera la azulgrana cuando expirara el contrato.
Está un poco molesto
Dejando a un lado esas diferencias económicas, a Iniesta no le han gustado algunas cosas que sucedieron durante el verano. Por ejemplo, el hecho de no renovarle el contrato a Emili Ricart, uno de los preparadores físicos del primer equipo.