Me han encantado las últimas declaraciones de Asier Illarramendi. El centrocampista vasco ha salido a la palestra para responder a las preguntas formuladas por los periodistas que están cubriendo los entrenamientos de la selección española. Ha sido sincero y ha dicho lo que piensa sobre su pasado en el Real Madrid.
Fueron dos temporadas que no debe recordar con una sonrisa en la oreja, aunque dice que no se arrepiente de fichar por los de la capital en su día.
No aguantó la presión
Florentino Pérez desembolsó nada más y nada menos que 30 millones de euros para hacerse con sus servicios. Había brillado en la Real Sociedad y todo hacía indicar que podría convertirse en el Sergio Busquets de los blancos. Sin embargo, jamás se hizo con la titularidad y su protagonismo fue de menos a más.
En su primera temporada disfrutó de 1.388 minutos en LaLiga y 481 en la Champions. Fueron más que en la segunda, en la que dispuso de 1.216 minutos en LaLiga y 228 minutos en la Champions. Carlo Ancelotti lo veía cada vez menos claro por actuaciones como la que firmó en el Signal Iduna Park de Dortmund, donde le temblaban las piernas cada vez que recibía un balón.
Para jugar en el Madrid hay que tener personalidad
Como eso es verdad y no es tonto, Illarramendi ha reconocido lo que muchos aficionados al fútbol dijimos en su día:
No creo que me viniera grande el Real Madrid. Me faltó confianza y valentía.
Lo de si le vino grande o no es otro tema, pero es evidente que le faltó personalidad. Un futbolista de élite no puede dar lo mejor de sí mismo si le puede la presión. Eso fue lo que pasó, y con el paso del tiempo las cosas no mejoraron, sino que empeoraron. Ya sabemos que a la prensa le encanta rajar. De ahí que ahora diga que vuelve a disfrutar del fútbol:
Me hubiera gustado que fueran mejor las cosas. Pero lo que pasó pasó y no hay que darle más vueltas. Lo importante es que estoy disfrutando del fútbol, que en el Madrid me costó disfrutar.