Todos sabemos que a Zlatan Ibrahimovic nunca le ha hecho falta tener abuela. Es del club de los Cristiano Ronaldo y José Mourinho. Su prepotencia y su egocentrismo le empujan a publicar comentarios como el que acaba de compartir a través de su cuenta oficial de Twitter: «Llegué como un rey, me voy como una leyenda».
Cada cual es libre de decir lo que le dé la gana y tiene la personalidad que tiene. Precisamente por ello el sueco tiene muchos fans, aunque a más de uno nos tira para atrás leer cosas así.
Muchos goles, pero ninguna Champions
Ibra ha ganado varios títulos en el PSG, pero se olvida de lo que ha hecho en la Champions League, el trofeo que el club siempre ha aspirado a ganar. No se le ha visto el pelo en los partidos importantes y su equipo ha caído eliminado antes de las semifinales. La última vez, ante el Manchester City de Manuel Pellegrini.
¿Próxima parada?
Lo que no sabemos es dónde irá a parar después de las cuatro temporadas que ha pasado en Francia. Una opción es fichar por el Manchester United, al que probablemente entrenará su amigo Mourinho. La otra, más sentimental, es la de regresar a un Milan que no ha vuelto a ganar un título desde la temporada 2010-2011, un año antes de que se fuera a París junto a Thiago Silva.
Tampoco hay que descartar que se vaya a jugar a Estados Unidos, Qatar o China. Allí podrán mantener el elevado sueldo que ha estado cobrando en el PSG. El hecho de tener 34 años no le supondrá un impedimento, más que nada por la gran temporada que ha hecho. Se ha convertido en el máximo goleador de la Ligue 1 con 36 goles en 30 partidos, y todavía puede ampliar esa cifra en la última jornada, en su despedida del Parque de los Príncipes ante el Nantes.