Tanto marear la perdiz y tanto hablar del Manchester United para nada. Al final resulta que Mats Hummels no se moverá del Borussia Dortmund. Es algo parecido a lo que pasó con Marco Reus, al que todo el mundo veía fuera hasta que renovó. El central de la selección alemana tiene contrato hasta el 30 de junio de 2017 y de momento seguirá defendiendo los colores del club que le fichó cuando militaba en el filial del Bayern de Múnich.
Le interesa más quedarse en casa
Lo ha explicado el director deportivo del club, Michael Zorc, en una entrevista concedida para la revista Kicker:
Era legítimo que Mats se plantease otras posibilidades pero siempre pensé que podíamos contar con él.
Habló con él y habló con su padre, que es su agente, y al final llegaron a un acuerdo para continuar. La oferta del United no ha debido ser tan buena como cabía imaginar para no aceptarla. Cualquiera querría vestir la camiseta de un histórico de Europa sabiendo que puede ganar importantes títulos, sobre todo teniendo en cuenta que el Borussia Dortmund no es lo mismo desde que se fueron Mario Götze y Robert Lewandowski. De hecho, Jürgen Klopp también abandonará la nave este mismo verano y no hay que descartar que Marco Reus haga las maletas más pronto que tarde.
Olvidarán su feo gesto
Me sorprende que se haya quedado tras el enfrentamiento que protagonizó con un sector de la grada del Signal Iduna Park. Les pitaron durante el partido de vuelta de los octavos de final de la Champions League y eso no le sentó nada bien. Les ordenó callar llevándose el dedo índice a los labios y posteriormente explicó por qué lo había hecho con toda naturalidad. Fue todo un divorcio que en su día pensé que no le preocuparía demasiado, pero ahora sabemos que volverá a jugar delante de la que ha sido su afición desde la temporada 2007-2008. De todas formas, su fidelidad hacia los colores del club le concederá el perdón del respetable.
Lo mejor de todo esto es que la continuidad de Hummels hace que lo de Nicolás Otamendi tenga sentido.