Me caías bien Iker. Y de hecho me sigues cayendo bien. Pero con entradas tan duras como la de ayer… Debe ser que los Athletic – Atlético caldean los ánimos, porque en un escenario parecido (el viejo San Mamés) todavía recuerdo aquel voluntario pisotón que le dio el Cholo Simeone a Julen Guerrero en el muslo. La sangre chorreaba en su pierna y en los tacos de una de las botas del argentino, que ayer lo vivía desde la grada con zapatos y a unos metros del terreno de juego.
Fue a hacer daño
Muniain, que el viernes cumplió 22 años y ya lleva un puñado entre nosotros, perdió los nervios tras un control que se le fue un poco largo. Corrió a por el balón y vio a Giménez lanzándose al suelo para cortarlo antes de que pudiera meter el pie. El joven jugador del Athletic sabía que no iba a llevárselo, pero decidió apoyar los tacos sobre la tibia de la pierna derecha del defensa rojiblanco, que como es lógico se quejaba amargamente retorciéndose en el césped.
El de Pamplona, lejos de pedir perdón arrepentido por lo que acababa de hacer, fue a por el uruguayo como recriminándole que estaba haciendo cuento. El árbitro lo vio y no dudó en amonestarle, pero se quedó bastante corto. Solo le mostró cartulina amarilla cuando todo el mundo daba por hecho que le enseñaría la roja. No se merecía otra cosa por semejante salvajada.