El Real Madrid no pasó apuros para darle la vuelta a su eliminatoria de octavos de final de la Copa del Rey. Se complicó la vida en Balaídos tras perder por 2-1, pero supo jugar un partido de vuelta muy serio y goleó por 4-0 a un Celta que no contó de inicio con la participación de Iago Aspas, su principal activo. Fue una decisión técnica de Paco Herrera, que pensó más en la permanencia que en dar la sorpresa en una Copa plagada de equipazos.
Cristiano Ronaldo fue la estrella de la noche, aunque compartió ovaciones con Iker Casillas, que volvió a ser titular. El portugués marcó tres goles y se reivindicó como el segundo mejor jugador del mundo. El Santiago Bernabéu coreó eso de «Cristiano, Balón de Oro», pero me da a mí que ese cántico le pega más a Leo Messi.
Cristiano está ‘on fire’
El primero llegó cuando tan solo se habían disputado dos minutos. Disparó con mucha potencia desde fuera del área y muy escorado para sorprender a Sergio Álvarez, quien seguramente no esperaba semejante obús. Ya en el minuto 24, CR7 volvió a marcar, esta vez aprovechando un magnífico pase de Luka Modric para definir con su pierna izquierda.
También con la izquierda hizo su tercer gol cuando el partido agonizaba y los gallegos buscaban un tanto que les diera la opción de disputar la prórroga. Se marchó muy bien por la banda izquierda y se sacó un zurdazo raso y muy potente para batir a Sergio Álvarez. Dos minutos más tarde Sami Khedira se sumó a la fiesta tras una gran combinación con el héroe de la eliminatoria.
El próximo rival del Madrid será el Valencia.