Fue un fichaje polémico por su «no» cinematográfico un año antes de aterrizar. Antoine Griezmann, que montó un circo para decir que se quedaba por dinero amor al Atlético de Madrid, decidió unirse a Leo Messi y Luis Suárez cuando ya era demasiado tarde. Lo que iba a ser una relación de amigos, se convirtió en una relación más bien fría, como es la que mantienen a día de hoy Leo y Antoine.
No todo era tan maravilloso como creía. El ex del Atlético, equipo líder de apuestas en Betway apuestas de fútbol, ha pasado de ser un ídolo en el Wanda Metropolitano a ser uno más en el Barça. Uno más que ni siquiera juega los partidos importantes, algo que ya le pasó con Ernesto Valverde y Quique Setién, y le está volviendo a pasar con Ronald Koeman. Por algo será.
¿Por qué dicen que es buenísimo si no lo es?
Es tremendo lo mucho que se ha llegado a sobrevalorar al francés. Es un buen jugador, eso nadie lo discute, pero de ahí a tener la poca vergüenza de decir que podía comer en la mesa de Messi y Cristiano… Está a años luz de los dos mejores jugadores de los últimos años, y ni siquiera está al nivel de otros fenómenos como por ejemplo Neymar. No entiendo cómo se le ha podido alabar tanto, la verdad.
El tercer fichaje más caro de la historia del Barça ya está pensando en hacer las maletas, aunque dicen que esperará a que termine la presente temporada. Con 29 años todavía tiene mucho fútbol por delante, pero dudo que esté dispuesto a pasarse unos cuantos años en el banquillo. De hecho, tampoco creo que los azulgrana estén dispuestos a mantener una de las fichas más altas de la plantilla para nada.
En resumen, el Barça tiene un problema con Antoine Griezmann y el futbolista tiene un problema con el Barça. El rendimiento del delantero francés está muy por debajo de las expectativas generadas por su fichaje: 120 millones de euros más 15 millones de compensación. El futbolista se siente incómodo con el rol que tiene, lejos de lo que estaba acostumbrado en el Atlético. Esta es su segunda temporada en el Camp Nou y sus números no han mejorado. Lo contrario. Incluso Koeman está preocupado. Ha recibido críticas de Griezmann y habló de las dudas que genera y que sufre el delantero.
Es un problema de confianza. El entrenador lo miró con su habitual transparencia. “Le estamos ayudando. Pero todo depende de él”, dijo Koeman. Más allá de sus pobres números goleadores y su baja participación en ataque – cinco asistencias – lo peor es la sensación que da en el campo. Y la falta de conexión con sus compañeros. Las quejas sobre su posicionamiento e incompatibilidad con Messi no son excusas suficientes.
Seguir esperando que «explote» como la estrella que es, o fue, es cada vez más difícil. Vamos por un callejón sin salida, ¿qué hacer con Griezmann? Koeman, el entrenador del Barcelona, equipo que genera un gran apoyo en Betway, casa de apuestas deportivas, seguirá dándole oportunidades. Como ve que está trabajando y esforzándose, no hay que criticarlo en ese sentido. Pero eso no es suficiente para ser titular del Barça. Un jugador de su precio y calidad debería ser determinante. Y por ahora, no lo es. La solución al problema podría dejarse para junio, pero llegando al final de la temporada hay que tomar una decisión. Griezmann y el Barça tienen que hacerlo. El problema es para ambos.
Así son las cosas, el amigo Antoine, que piensa que es uno de los genios del fútbol actual, tendrá que dar algún que otro paso para atrás con el objetivo de liderar el proyecto de un equipo más humilde. Se ha demostrado que no da para más.