Histórico traje el que pudimos ver en un partido amistoso disputado en Suecia entre el Norrkoping y el Djurgarden. Astrit Ajdarevic recuperó el balón y bailó a Sebastian Rajalakso haciéndole un caño de los que hacen daño. Lo extraño es que el jugadot del Djurgarden no terminó dándole una patada fruto de la impotencia.