Guilherme, centrocampista de 21 años que juega en el Ponte Preta de la Serie B brasileña, pudo salir muy mal parado de un encontronazo que tuvo ayer en el partido que su equipo disputó ante el Santo André.
Corría a por un balón que se perdía por la línea de fondo y un defensa rival se cruzó en su camino para darle el típico empujoncito. Lo peor de todo es que se fue a parar a unas escaleras y de milagro no se hizo mucho daño. Pudo seguir jugando como si nada.