A Pep Guardiola no le va tan bien como esperaba Inglaterra. Empezó la temporada intratable, pero con el paso de los meses el equipo se ha ido deshaciendo como un azucarillo. No está nada claro que vayan a terminar en puestos de Champions y el Mónaco les dejó fuera de la máxima competición europea en octavos de final. Normal que los aficionados empiecen a desconfiar de sus peculiares métodos.
Para que el próximo curso no le pase lo mismo, el técnico catalán ha reconocido que van a cambiar muchas cosas a partir del verano. Planea una revolución que pasa por buscar salida a todos esos jugadores que no están dando la talla, lo que significa que van a ser uno de los grandes animadores del mercado de fichajes.
Orgulloso de sus jugadores
Ayer empataron en el Etihad Stadium ante un Liverpool que estuvo a punto de llevarse los tres puntos. Milner abrió la lata desde el punto de penalti y Agüero salvó los muebles. Por eso el de Santpedor dijo que había sido uno de sus días más felices como entrenador, porque los suyos estuvieron a la altura de lo que demandaba un partido de alto voltaje.
No sucedió lo mismo en el Principado de Mónaco. Dijo que tras la eliminación sus jugadores han estado dos días sin hablar. Nadie en el club esperaba semejante varapalo tras el 5-3 de la ida y ahora tendrá que estar encima de todos y cada uno de sus hombres para que afronten con ilusión la recta final de la temporada. Venirse abajo nunca ayuda.
No todos están dando la talla
Podríamos decir que no está nada claro el futuro de jugadores como Claudio Bravo, Agüero, Yaya Touré o Gaël Clichy. De hecho, tampoco debería estarlo el de fichajes tan caros como John Stones, cuyo rendimiento está siendo muy pobre teniendo en cuenta lo que pagaron por él. Txiki Begiristain tendrá que afinar más la puntería.