El Real Madrid sigue despertando muchas dudas entre sus aficionados. El nuevo proyecto de Florentino Pérez no funciona del todo bien, ni siquiera con José Mourinho en el banquillo. Pese a que anoche golearon al Espanyol por 3-0, el juego exhibido fue muy pobre y la sentencia no llegó hasta los últimos minutos. Así las cosas, lo único positivo que pueden extraer los blancos es el resultado.
El protagonista del partido fue el colegiado Clos Gómez, lo cual dice mucho de cómo fue el partido. El Madrid sigue siendo una máquina sin engrasar, un conjunto de jugadores de mucha calidad que no saben asociarse. Sólo funciona a chispazos, en momentos puntuales y cuando el rival tiene algún fallo garrafal. Así se explica que los blancos estén arriba en la clasificación liguera.
El primero llegó en el minuto 29 y precedido de unas manos de Luis García. Cristiano Ronaldo fue el encargado de ejecutar la clara pena máxima. A pesar del gol, el juego era muy pobre y el Bernabéu empezaba a incomodarse. Así se llegó al descanso.
Ya en la segunda mitad, Pepe se fue a los vestuarios tras ver dos cartulinas amarillas, una en el minuto 56 y otra en el 61. Sin embargo, dos minutos después Ernesto Galán fue expulsado por una fea entrada a CR7, por lo que la igualdad numérica volvió a reflejarse sobre el terreno de juego. El Espanyol se creció y empezó a tener sus mejores ocasiones, pero Gonzalo Higuaín y Karim Benzema sentenciaron el partido. Demasiado castigo para los catalanes y demasiado premio para los madrileños. Así es el fútbol.