Los equipos italianos van despidiéndose de la Champions League por culpa de Barça y Madrid. El martes fueron los blancos quienes finiquitaron su eliminatoria ante la Juventus, y ayer fueron los azulgranas los que arrollaron a la Roma.
Los de Ernesto Valverde se impusieron por un contundente 4-1 que deja a los capitalinos con muy pocas opciones de meterse en semifinales. No marcó Leo Messi, pero tampoco hizo falta porque los dos primeros goles de la noche fueron en propia puerta.
La mala suerte y la pegada del Barça acabaron con la Roma
No se esperaba un gran partido de la Roma por mucho que Valverde pidiera prudencia y concentración. Los de Di Francesco vinieron a la ciudad condal ha obtener un resultado decente y no fueron capaces de obtenerlo.
El primero de la noche llegó en el minuto 38, en un desafortunado corte de Daniele De Rossi, que al impedir que el balón le llegara a Messi lo envió al fondo de las mallas de su propia portería.
El segundo, ya en la segunda mitad, tuvo como protagonista al griego Kostas Manolas, que trató de cortar un pase de la muerte con éxito, aunque un rebote que no esperaba subió el 0-2 al marcador en el minuto 55 para desesperación de Alisson Becker. Lo más bestia de todo es que en esta Champions el Barça se ha beneficiado de 5 autogoles (9 en toda la temporada), que por otra parte hay que buscarlos.
Gerard Piqué se sumó a la fiesta en el minuto 59 y Edin Dezko recortó distancias con un tanto a falta de 10 minutos para el final. Parecía que la eliminatoria todavía estaba abierta, pero Luis Suárez aprovechó un error de la defensa romana para establecer el 4-1 definitivo en el minuto 87.
Muy pocas opciones de remontada
La Roma tendrá que hacer un partido perfecto si quiere sorprender al Barça, que si no se confía estará en semifinales sin problemas.