El Valencia sufrió ayer una goleada de las que duelen en su tercer partido de pretemporada. Cayó por 4-1 ante el Rapid de Viena, ofreciendo una pobre imagen que desde luego debería preocupar a Unai Emery. Nosotros nos quedamos con lo positivo, con el golazo de Pablo Hernández. Se fue de medio equipo y definió con mucha clase. El público austriaco reconoció su gran gol aplaudiendo tímidamente.