Se acabó la fiesta de Joseph Blatter y Michel Platini. Los que eran presidentes de la FIFA y la UEFA respectivamente, no podrán ocupar un cargo relacionado con el mundo del fútbol durante los próximos 8 años. La sanción es firme y tan solo les queda presentar un recurso ante el TAS, aunque todo parece indicar que no se van a librar ni de la inhabilitación ni de la multa impuesta por la Comisión de Ética independiente de la FIFA (algo más de 46.000 euros a Blatter y unos 74.000 euros a Platini).
Un pago demasiado sospechoso
Todo tiene que ver con los 2 millones de francos suizos (cerca de 2 millones de euros) que Blatter pagó a Platini en febrero de 2011 por un trabajo que supuestamente hizo para la FIFA. Se realizó una transferencia que no estaba reflejada en el contrato que firmaron el 25 de agosto de 1999, que es al que hacen referencia para justificar que no han hecho nada mal.
Han defendido que existía un acuerdo verbal para que se llevara a cabo el pago, pero como es lógico eso no ha sido suficiente como para convencer al órgano competente. Si al menos hubieran firmado una servilleta como Minguella, Rexach y el padre de Messi en su día…
Se les acusa de cohecho y de corrupción, de aceptación y ofrecimiento de obsequios y otros beneficios. También se habla de falta de lealtad, de conflicto de intereses y de la violación de algunas de las reglas generales de conducta que rigen la FIFA.
Más trabajo para Villar
Así las cosas, Ángel María Villar, al que también investigó la FIFA semanas atrás, se queda como presidente en funciones de la UEFA hasta que se celebren las elecciones a la presidencia. Como candidato a mandamás de la FIFA, por cierto, acabará presentándose Gianni Infantino, el preferido de todos los que sabían que Platini estaba jugando sucio.