Si antes del derbi barcelonés ya había discrepancias con la elección de Cristiano Ronaldo como ganador del Balón de Oro, después de lo de ayer todavía hay más voces críticas. Leo Messi se exhibió como hacía tiempo que no se exhibía marcándose dos jugadas de auténtico extraterrestre.
El crack azulgrana cerró la goleada de los suyos, que se impusieron por 4-1 al Espanyol, pero lo mejor no fue el gol que anotó, sino los dos jugadones que firmó para que Luis Suárez hiciera su segundo gol y Jordi Alba sentenciara la contienda.
Ni en el patio del colegio se hace eso
Como podrás comprobar tú mismo a continuación, Messi se fue de cuatro en una baldosa como si fuera lo más fácil del mundo. Recibió de Andrés Iniesta, que también hizo algo mágico para entregarle el balón, y a partir de ahí empezó su jugada de cine.
Solo Diego López pudo frenarlo evitando un gol de escándalo. Messi definió con la puntera y no fue una buena elección, aunque a decir verdad no tuvo demasiado tiempo para preparar el disparo. Eso sí, el rechace se lo quedó Suárez, que envió el balón al fondo de las mallas poco antes de que el Camp Nou ovacionara al astro argentino, que se llevó todo el protagonismo.
Minutos más tarde llegó la segunda genialidad de Messi que acabó en gol. Una vez más se fue de varios rivales en un trozo de césped muy pequeño y se la entregó a Jordi Alba, que pasaba por allí y aprovechó el regalo con un disparo cruzado. El internacional español se abrazó al mejor jugador del mundo y el público volvió a rendirse a Messi, que con lo que hizo ayer tiene garantizada una renovación galáctica.