El Tottenham no se ha rascado el bolsillo este verano. Eso de cambiar de estadio para pasarse a uno de más de 61.000 espectadores ha limitado el presupuesto disponible para reforzar una plantilla que solo ha perdido a un jugador realmente importante: Kyle Walker.
El británico se marchó al Manchester City dejando 51 millones de euros en las arcas, cantidad a la que hay que sumar los 19,5 millones ingresados por Kevin Wimmer (Stoke City), los 19 millones de Nabil Bentaleb (Schalke 04) y los 3,2 millones de Federico Fazio (Roma). En total 92,7 millones ingresados, mientras que el gasto ha sido de tan solo 40 millones, que es la cantidad abonada al Ajax por el Davinson Sánchez.
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