José María Movilla es uno de esos futbolistas emblemáticos. Es un hombre con carisma y todo un pulmón en el centro del campo. A pesar de que era barrendero y jugaba en el Moscardó de la Segunda División B, pronto empezó a destacar y consiguió 2 ascensos consecutivos con el Málaga para convertirse en jugador de Primera.
Su etapa más brillante la vivió allí y eso le valió para fichar por el Atlético de Madrid. En el Calderón estuvo 3 temporadas y luego se marchó al Zaragoza, club en el que adquirió un gran protagonismo. Después fichó por el Murcia y tuvo la mala suerte de descender a Segunda. Este último año lo ha pasado allí pero se viene a Madrid para estar junto a sus dos hijos.
El club elegido ha sido el Rayo Vallecano. Allí jugará los próximos 2 años aunque no cobrará el sueldo de su vida. Movilla sabe que el fútbol se le está acabando. Tiene 34 años y ahora valora otras cosas más importantes que el dinero.