Aunque en la foto que se muestra sobre estas líneas se lo pasa en grande junto a Luis Suárez, el banquillo nunca ha sido el hábitat natural de Gerard Piqué. Desde que llegó al club, cuando era un niño, siempre ha sido titular indiscutible porque todos los entrenadores han confiado en él.
Se fue al Manchester United y luego jugó como cedido en el Zaragoza, donde volvió a ser una pieza muy importante. Por eso Pep Guardiola le repescó y le convirtió en uno de los mejores centrales del mundo. Hoy, tras la confianza que depositaron en él Tito Vilanova y el Tata Martino, se ha topado con un técnico que no le va tan importante.
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