Se cumplieron los pronósticos y el FC Barcelona también estará en la final de la Copa del Rey en la que se medirá al Athletic de Bilbao. Los de Pep Guardiola tuvieron un partido menos cómodo de lo esperado y Messi tuvo que salir al rescate como casi siempre. Finalmente, empate a un gol y los dos equipos con más títulos coperos se verán las caras en la final del 13 de mayo en Mestalla.

La primera parte no fue muy emocionante. Las ocasiones brillaron por su ausencia y sólo Juan Arango parecía llevar algo de peligro a la portería defendida hoy por Pinto. Sin embargo, en el minuto 45 Castro aprovechó un pase de Webó para mandar el balón a la escuadra. Era el 1-0 y quedaba mucha eliminatoria gracias a este gol psicológico.

La segunda mitad empezó muy bien para el Mallorca. A Webó le anularon un gol por fuera de juego a los 4 minutos de la reanudación y sólo 2 minutos después Cáceres cometía penalti y veía la roja directa por zancadillear a Castro cuando se disponía a marcar el 2-0. Desgraciadamente para los baleares, Martí golpeó fatal el balón y Pinto despejó con los pies. El Barcça tenía miedo pero seguía vivo.

Entonces apareció Leo Messi. El argentino entró en el minuto 58 y revolucionó el cotarro. Sus galopadas fueron cortadas siempre con falta y en una de ellas Josemi vio la segunda tarjeta amarilla y se fue a la calle. El Barça recuperaba la igualdad numérica en el terreno de juego.

Pasaban los minutos y el 1-1 estaba mucho más cerca que el 2-0. Entonces Messi decidió. ‘La pulga’ se plantó ante Germán Lux tras aprovechar un error de Ramis y anotó el tanto de la igualada con una preciosa vaselina. La eliminatoria estaba sentenciada, el Barça ya podía pensar en la final de Valencia.