El Real Madrid hizo valer su condición de favorito por jugar en casa y derrotó al Valencia por 4-2 para ganar la Supercopa de España. Fue un partido loco en el que los de Bernd Schuster fueron capaces de sobreponerse a la adversidad que supone jugar con 9 futbolistas.
Empezó el duelo como algo soporífero. Faltos de ritmo ambos equipos, se dedicaron a especular con el resultado sin poner espectáculo al partido. Eso sí, los valencianistas supieron aprovechar su ocasión gracias a Silva. El canario estableció el 0-1 aprovechando una buena triangulación en la frontal del área en el minuto 33. Poco después, Van der Vaart vería la tarjeta roja directa por una dura entrada sobre Mata. Así se llegaba al descanso, las cosas pintaban muy mal para los blancos.
La segunda parte fue una locura. El Madrid se lanzó al ataque y gracias a ello lograron el empate con un gol de penalti que se encargó de transformar Van Nistelrooy. El delantero holandés vería poco después la segunda tarjeta amarilla que le mandaba a la grada junto a su compatriota Van der Vaart. Ahora el conjunto blanco tenía que remar más a contracorriente que nunca.
Pero lo consiguieron. Tras un lanzamiento de esquina ejecutado por Guti, Sergio Ramos remató el balón al fondo de las mallas estableciendo el 2-1 que les daba la copa. Lejos de limitarse a defender con 9 hombres, el Madrid consiguió ampliar la ventaja con dos goles más de Rubén de la Red (aprovechando que Hildebrand estaba mal colocado) e Higuaín (tras un error garrafal de Alexis). El Valencia puso un poco de emoción recortando distancias en el último minuto con un gol de Morientes pero ya sería imposible. Octava Supercopa de España para el Real Madrid, superando así las 7 del FC Barcelona.