Algo más de 80.000 seguidores abarrotarán las gradas del Santiago Bernabéu este sábado a partir de las 18:15 horas, que es cuando empezará a rodar el balón en el primer Clásico de la temporada. Nadie quiere perderse el que siempre ha sido catalogado como el partido del siglo, pero esta vez hay muchas dudas entre quienes tienen un abono o una entrada para acudir al encuentro. La opción de verlo en casa o en un bar cobra fuerza.
Con el miedo en el cuerpo
Los atentados del pasado viernes en París, sumados a la suspensión del Bélgica – España y el Alemania – Holanda que se iban a disputar esta semana, hacen que la policía se vea obligada a extremar las medidas de seguridad de cara al partido que disputarán Real Madrid y Barça.
Nadie quiere asumir riesgos y solo se jugará si existe la certeza de que todo transcurrirá con normalidad. Una certeza que, por otra parte, nadie puede tener en estos momentos.
Medidas excepcionales
Las fuerzas de seguridad del Estado quieren tranquilizar a los aficionados. No quieren que se extienda la psicosis y animan a la gente a ir a ver el partido, lo cual no quita que para esta tarde haya convocada una reunión en la sede del Ministerio de Interior en la que se trazará un plan de actuación que no debería fallar.
Quieren que el Bernabéu sea un estadio blindado. Para ello preparan un dispositivo policial sin precedentes que contempla un triple anillo de seguridad para acceder al interior del coliseo blanco. No se sabe con exactitud cuántos agentes de la policía velarán por la seguridad de quienes vayan a ver el partido, pero se calcula que veremos a unos 1.800. Por eso será muy importante acudir con tiempo al estadio, ya que se formarán largas colas en los accesos. De hecho, la afición visitante podrá entrar escoltada antes que el resto del público.
Cada cual tendrá que tomar la decisión por sí mismo. La policía hará todo lo posible para evitar un atentado, pero nadie puede garantizar al 100% que eso no ocurra.