El Leicester City no ha terminado la primera vuelta como líder de la Premier League por culpa de la diferencia de goles. Es el Arsenal de Arsène Wenger el que afrontará el 2016 en lo más alto de la clasificación gracias al triunfo que logró ante el Bournemouth y el tropiezo de los de Claudio Ranieri en casa.
Schmeichel frenó a los ‘citizens’
No fue un tropiezo cualquiera, ya que ante ellos estaba el todopoderoso Manchester City, un equipo que por plantilla debería ser campeón sin pasar demasiados apuros. Los de Manuel Pellegrini fueron a por todas y lo intentaron siempre que pudieron, pero Schmeichel salvó a los locales y el marcador no se movió durante los 90 minutos.
Jamie Vardy estuvo demasiado solo en punta, ya que Riyad Mahrez jugó demasiado pendiente de las subidas de Aleksandar Kolarov, que tuvo toda la banda para él solito, ya que Raheem Sterling jugó más centrado como mediapunta junto a David Silva y Kevin De Bruyne, todos ellos por detrás del ‘Kun’ Agüero.
La gran sorpresa de la primera vuelta
Veremos qué es lo que puede hacer el Leicester City en la segunda vuelta. De momento ya se han ganado el respeto y el cariño de muchos aficionados, pero no basta con hacerlo bien durante 19 partidos. La Premier es una competición muy exigente y eso les obligará a mantener el ritmo si quieren acabar entre los cuatro primeros, lo que les llevaría a jugar la Champions League contra todo pronóstico. Ser campeones es todavía más complicado, pero los más optimistas del lugar no lo descartan visto lo visto hasta la fecha.