Manolo Preciado recibió ayer en El Molinón el homenaje que se merecía. Las puertas del estadio se abrieron y miles de aficionados se dieron cita para dar el último adiós multitudinario al que probablemente ha sido el mejor técnico que ha pasado por allí en las últimas décadas.
La emoción se apoderó de las gradas mientras se mostraban imágenes de Preciado en el videomarcador. Sus familiares y amigos lloraron y agradecieron el calor de un público que nunca olvidará al genio de Astilleros.