Partidazo de Europa League el que pudimos vivir anoche en El Madrigal. El Villarreal le plantó cara al Nápoles y se clasificó para los octavos de final tras remontar un gol en contra. Nilmar y Rossi fueron los goleadores locales, mientras que Hamsik anotó para los visitantes.
Juan Carlos Garrido sabía de la importancia del partido. Más allá del hecho de clasificarse para la siguiente ronda de la Europa League, significaba un punto de inflexión tras los malos resultados en las últimas jornadas de Liga. Los castellonenses necesitaban ganar y reencontrarse con una afición que últimamente está muy bien acostumbrada.
Mal empezaron las cosas porque Hamsik anotó el 0-1 en el minuto 16. El joven futbolista eslovaco, que ayer era el capitán de su equipo, marcó de cabeza rematando en plancha. Varios jugadores del Nápoles se quedaron solos ante un Diego López que no pudo hacer demasiado para evitar el tanto. Lo peor de todo ocurrió justo después, pues en la celebración una de las vallas del estadio se vino abajo y el partido tuvo que detenerse por unos minutos. Por unos momentos recordamos lo que sucedió con Martín Palermo hace unos años, aunque por suerte no tuvo mayores consecuencias ni para el público ni para los jugadores que se acercaron hasta la grada para festejar.
Antes de la segunda mitad el Villarreal pudo reaccionar. Borja Valero le puso un balón buenísimo a Nilmar y el brasileño no falló. Era el minuto 42 y tres minutos después llegaría el 2-1, esta vez obra de Rossi. El italiano recibió un balón que había recuperado Valero, sensacional como siempre. Disparó y tuvo bastante fortuna, pues el balón golpeó en un defensor italiano y terminó engañando a un De Sanctis que no pudo reaccionar.
La segunda mitad fue de sufrimiento y el Villarreal tuvo que recurrir al catenaccio. Eso sí, también pudo sentenciar con Rossi y Nilmar a la contra.