El futuro del Valencia empieza a peligrar por momentos. La situación económica es crítica y en los próximos días podría ser declarada la famosa ley concursal, lo que toda la vida se ha llamado suspensión de pagos.
Se tendrá que llegar a un acuerdo con Bancaja, pues el club se ha quedado sin líquido y tiene que hacer frente antes del 31 de diciembre a una serie de pagos que ascienden hasta los 50 millones de euros. Tan sólo un préstamo podría solucionar la delicada situación.
Lo que queda todavía por pagar es mucho. Sueldos de los jugadores que en teoria se tienen que cobrar en febrero, primas, los pagos a la empresa que se encarga de las obras en Mestalla y el pago de los sueldos de más de 300 empleados del club.
Veremos como termina todo esto. Esperemos que no desaparezca uno de los clásicos del fútbol español. Está claro que la crisis pasa factura a todos…