El Valencia es otro Valencia. Es verdad que el Atlético de Madrid prescindió de hombres como Koke o David Villa para afrontar el compromiso de Copa en Mestalla, pero no menos cierto es que los futbolistas entrenados por Juan Antonio Pizzi juegan con una intensidad que raramente veíamos cuando Miroslav Djukic era el director de orquesta.
El Valencia mereció más
El resultado fue algo injusto para los locales, ya que hicieron bastante más que los rojiblancos, a quienes ya sabemos que no les importa ceder el balón al rival para hacer daño. El primer asalto terminó con empate a uno porque Thibaut Courtois estuvo enorme. El portero belga salvó a su equipo en más de una ocasión, pero no pudo evitar el tanto del empate en el tiempo de descuento.
Antes de que llegara ese gol, Raúl García adelantó a los suyos en el minuto 72 aprovechando un error garrafal de Vicente Guaita. El canterano había evitado un gol clarísimo minutos antes, pero despejó mal un córner y le dejó el balón en bandeja al ex de Osasuna para que rematara de cabeza a placer. Hubo algo de confusión arbitral tras el gol, pero finalmente fue concedido como válido.
Empate y eliminatoria abierta
La reacción, como os he comentado, no llegó hasta el último suspiro. Hélder Postiga, el delantero centro titular para Pizzi sin discusión, no falló cuando Feghouli le cedió el balón mordido para empujarla en boca de gol. Puso la cabeza para abrir el cerrojo que había colocado Courtois y la eliminatoria sigue abierta, muy abierta. Cualquier cosa puede pasar en el Vicente Calderón.
