Lo de Jesé Rodríguez es la historia interminable. Se llegó a hablar de futuro Balón de Oro cuando empezó a despuntar en el Real Madrid, pero una grave lesión y su mala cabeza terminaron con una promesa del fútbol español que está perdiendo caché a un ritmo desconcertante.
El Madrid logró ingresar 25 millones de euros por su traspaso al PSG, una cantidad que por aquel entonces no estaba nada mal. Unai Emery creyó que sería capaz de recuperar al futbolista canario, pero lo cierto es que su rendimiento menguó y sus problemas personales no ayudaron.
De cesión en cesión y tiro porque me toca
Se marchó cedido a Las Palmas, al Stoke City y al Betis, pero en ninguno de esos clubes llegó a ser un futbolista desequilibrante como lo era antaño. Algún chispazo de calidad dejó, pero no fue suficiente como para que esos clubes ejercieran su opción de compra.
Al Sporting de Lisboa llegó el pasado 31 de agosto con ganas de comerse el mundo, cosa que no está sucediendo ni de lejos. Silas, el técnico de los capitalinos, no le ha dado mucha bola y solo acumula 118 minutos repartidos en tres partidos. De hecho, en las oficinas del club se comenta que hay que desprenderse de él cuanto antes, aunque como es lógico hay un contrato que tendrán que respetar porque el PSG tampoco quiere que vuelva.
Dejará de ser del PSG el próximo verano
La opción de compra es de tan solo 2 millones de euros y es evidente que no la van a ejercer. Jesé tendrá que terminar la temporada en Lisboa o en París, pero en cualquier caso con muy poco protagonismo. Su contrato expira el próximo 30 de junio de 2020 y le tocará buscar un destino que no tendrá ni mucho menos el glamour de París. De hecho, ni siquiera podrá aspirar a un Sporting de Lisboa. Su carrera se desploma y quién sabe si se retirará antes de los 30 años. Ahora tiene solo 26 y su situación debería ser reconducible, pero a estas alturas creo que pocos se creen eso de que Jesé puede volver a ser el que era.