Por si todavía quedaba alguna alarma sin encender, el Hoffenheim se encargó de darle al interruptor derrotando al Schalke 04 por 2-1 en la quinta jornada de la Bundesliga. No sirvió de nada el gol del germano-camerunés Eric Maxim Choupo-Moting. Acabaron perdiendo como siempre y ahora son colistas en solitario, ya que el Werder Bremen sumó sus primeros puntos ganando a un Wolfsburgo que no tiene nada que ver con el de la temporada pasada, que ya de por sí firmó una temporada más que discreta.
Solo una alegría
En estos momentos todo es pesimismo en el Schalke 04. Su entrenador, el joven Markus Weinzierl (en la segunda imagen), está viviendo una pesadilla desde que llegó el pasado verano procedente del Augsburgo. Solo puede estar contento con los tres puntos que sumaron en la primera jornada de la fase de grupos de la Europa League, en la que curiosamente derrotaron a domicilio al actual líder de la Ligue 1, el Niza.
Se escapa el tren de la Champions
Aunque solo están a tres puntos de la salvación y no hay que temer por su permanencia en la máxima categoría del fútbol alemán, la situación es preocupante porque es una plantilla confeccionada para terminar entre los cuatro primeros. El objetivo no es otro que regresar a la Champions League la temporada que viene.
Benedikt Howedes, Klaas-Jan Huntelaar, Breel Embolo, Max Meyer… Son nombres lo suficientemente conocidos como para verse hundidos en el farolillo rojo. La reacción debe producirse cuanto antes, aunque su próximo rival no invita al optimismo. Les visita el Borussia Mönchengladbach, que sin ser un Bayern o un Borussia Dortmund te puede poner en aprietos en cualquier momento.
Antes de disputar ese partido, los de Gelsenkirchen recibirán al Red Bull Salzburgo en la segunda jornada de la Europa League. Weinzierl tendrá que poner toda la carne sobre el asador porque el público está deseando ver una victoria de los suyos y la paciencia de los directivos tiene un límite.