En el Camp Nou están tranquilos con el futuro de Sergio Busquets. El canterano renovó el pasado mes de febrero para ampliar su compromiso hasta el 30 de junio de 2019, añadiendo la opción de continuar una temporada más si se producía un acuerdo entre ambas partes.
Con esa revisión de su contrato se convirtió en uno de los jugadores mejor pagados de la plantilla, solo superado por Leo Messi, Neymar, Andrés Iniesta y Xavi Hernández, que por aquel entonces todavía formaba parte del equipo.
No es una cuestión de dinero
Varios equipos se han interesado por él en los últimos años, pero ninguno ha sido capaz de llevárselo. Es feliz jugando en casa y no tiene intención de moverse si le van recompensando con aumentos de sueldo como el que firmó a principios de año.
A pesar de ello, clubes como el PSG no tiran la toalla. Los franceses ofrecieron 75 millones de euros antes de que renovara, y ni siquiera un «no» por respuesta les ha hecho perder la fe. Volverán a por el «Pulpo de Badia» con otra oferta astronómica con la que seducirle, pero me temo que se van a llevar otro portazo.
El vínculo que existe entre Busquets y el Barça es muy difícil de romper. También lo es el que une a Messi con el club que apostó por él cuando nadie pagaba su tratamiento, o el que unía a Xavi Hernández con el equipo de toda su vida antes de hacer las maletas rumbo a Dubái para finalizar su carrera deportiva sin agobios.
Es por ello que veo complicado que la operación llegue a buen puerto. No hay petrodólares que puedan romper ese cariño mutuo que les hace tan fuertes.