El noruego Morten Gamst Pedersen protagonizó una de las jugadas más ridículas de la historia de la Premier League. El centrocampista del Blackburn Rovers vio que Sagna estaba cerca y decidió tirarse a la piscina al más puro estilo Michael Phelps. El árbitro lógicamente no señaló penalti y el futbolista no daba crédito. Ver para creer.
Quizá se inspiró en el piscinazo que pudimos ver hace unos meses en el encuentro Atlético Junior – America de Cali. Ese sí que tuvo final feliz para el nadador futbolista.