Se veía venir, aunque pocos intuíamos un final tan cruel para Míchel. El técnico madrileño no anunció su dimisión y el Olympique de Marsella ha decidido romper su contrato por la vía procedente, o al menos eso es lo que intentan justificar a través de un comunicado oficial de los que levantan ampollas.
Una destitución fuera de lo común
Según se puede leer, «Míchel ha sido suspendido con efecto inmediato debido a su comportamiento, especialmente en las últimas tres semanas». Eso significa que cuestionan su profesionalidad y no le piensan pagar el año de contrato que había firmado.
Inestabilidad total
El club con más seguidores en Francia está viviendo uno de los peores momentos de su historia. De hecho, desde la semana pasada está en venta. Lo anunció la actual propietaria, Margarita Luis-Dreyfus, que sabe que no va a ser fácil encontrar a un comprador teniendo en cuenta la situación deportiva y económica que atraviesan.
El Olympique de Marsella ocupa la decimoquinta posición y está a seis puntos del descenso, algo impensable a principios de temporada, cuando se suponía que debían pelear por el título junto al PSG y el Mónaco. Los resultados no han acompañado y ahora mismo acumulan 10 jornadas sin conocer la victoria en la Ligue 1. Y no solo eso, sino que su última victoria liguera en el Stade Vélodrome data del 13 de septiembre de 2015. Normal que los aficionados estén decepcionados con su equipo.
Todavía pueden ganar la Copa de Francia
Veremos qué es lo que nos cuenta Míchel sobre toda esta historia que seguramente acabará en los juzgados. De momento, lo único que sabemos es que mañana disputan un partido muy importante. Disputan las semifinales de la Copa de Francia ante el Sochaux con Franck Passi como entrenador hasta final de temporada (era el ayudante de Míchel).