Mientras Leo Messi le marcaba cinco goles al Bayer Leverkusen, Cristiano Ronaldo esperaba la llegada de una grúa que pudiera remolcar su flamante Lamborghini Aventador hasta el taller más cercano de la lujos firma de deportivos.
El crack del Real Madrid, que se regaló el coche a sí mismo para celebrar su último cumpleaños, se quedó petrificado al ver que su nueva adquisición se averiaba en una de las calles de la capital de España. Definitivamente no fue su noche…